Llamado también Templo del Hombre. Si mirásemos este templo desde el cielo, lo primero que nos llamaría la atención es una anomalía inconcebible: su eje central se tuerce sin motivo aparente. Al ser tan amantes de las proporciones perfectas los egipcios, esta aparente arbitrariedad debe tener un propósito preciso, desconocido para la arqueología. La interpretación del mensaje oculto que encierra este templo llevó quince años de estudio a R. A. Schwaller de Lubicz, quien lo visitó por primera vez en 1937 y acabó convirtiéndose en padre de una egiptología simbolista.

Descubrió que todo el edificio estaba basado en phi, el número de oro o proporción aurea, y que contenía las claves de la creación del hombre, su desarrollo espiritual y su destino, ocultas en sus relieves, jeroglíficos, y proporciones. En unas semanas estaremos allí y comprobaremos por nosotros mismos qué sentimos entre sus muros, sus columnas y sus  geroglificos……. Uno de los principales objetivos de este  viajes, sentir, tomar consciencia y presencia de lo que nos rodea por fuera y lo que ocurre por dentro de cada  uno de nosotros.